De Portugal a Polonia: todos los países que superarán a España en PIB per cápita en los próximos años.

Algunas de las variables que pueden producirse en los próximos años:

 

La proyección de la OCDE muestra que hasta 11 países pueden superar a España
España se enfrenta a años de un crecimiento de la productividad muy débil
El PIB per cápita de España no convergerá con el de la zona euro ni EEUU

 

La economía de España lleva más de dos décadas presentando un crecimiento del PIB per
cápita real prácticamente nulo. El sempiterno drama de la productividad impide que los
españoles disfruten de una mayor prosperidad económica. Tal es el problema, que desde la
Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) ha publicado un informe
del que se puede extraer un dato que deja entrever el complejo futuro de la economía de
España: once países adelantarán a España en PIB per cápita en las próximas décadas.

 

España lleva tiempo perdiendo posiciones en el ranking global de PIB agregado. Sin embargo,
este indicador no es demasiado útil ni preciso para valorar el bienestar de una sociedad. Hay
países con una producción (PIB) muy grande, pero que en realidad siguen sumergidos en la
zona de economías de bajos o medios ingresos. Este puede ser el caso, por ejemplo, de
Indonesia, que pronto superará en PIB a España, pese a que es un país mucho más pobre.

 

Por eso, desde la OCDE prefieren usar el PIB per cápita, que, en principio, muestra una foto
mucho más fidedigna de la realidad económica de un país. Este indicador divide la producción
entre todos los habitantes del país, por lo que se elimina la 'distorsión' que genera el tamaño
de la población. Pese a todo, el PIB per cápita tampoco es la panacea en este aspecto, puesto
que no deja de ser una media. Una economía muy desigualitaria puede tener un PIB per cápita
muy elevado, al mismo tiempo que buena parte de la población presenta una renta baja. Esto
sucede cuando unos pocos acaparan la mayor parte de la renta del país. Economías como
Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos suelen presentar este perfil.

 

El PIB per cápita como indicador


Aun así, el PIB per cápita parece, a grandes rasgos, el indicador más fiable a día de hoy para
analizar la prosperidad económica de un país. Por ello, en el último informe publicado por la
OCDE de previsiones de largo plazo puede resultar un tanto alarmante el resultado que se
ofrece para España. Como se puede ver en el gráfico, el PIB per cápita de España se queda
prácticamente estancado (respecto al de EEUU, que es el país de comparación) en las próximas
décadas.

 

La OCDE desvela que España perderá 11 puestos en la clasificación global de países por PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo o PPA. La medición se realiza de este modo (PPA) para "limpiar" la distorsión que generan los precios entre diferentes países. De una forma sencilla, comprar una hamburguesa y un helado genera el mismo bienestar en un país u otro, aunque en EEUU cueste 15 dólares y en Polonia solo 7 dólares. Lo importante es la cantidad y la
calidad de esos bienes y servicios, no su precio.

 

Según los últimos datos, España se encuentra en el puesto 23 de la lista. Pero para en el año
2060 (hasta donde llega la proyección de la OCDE), España vivirá un constante declive que
dejará al país en el puesto 34, igualado con Rumanía. Adelantarán a España durante estas
décadas países como Portugal, Polonia, Lituania, República Checa, Eslovaquia, Hungría,
Turquía, Estonia, Grecia o Letonia. Además, Rumanía alcanza el nivel de España.

 

¿Qué le pasa a España?


Aunque España no es el único país cuyo crecimiento de la renta per cápita se ve relativamente
estancado, sí es cierto que es el único que sufre este parón de forma tan prematura. Que
países como Dinamarca, Suiza o Luxemburgo vean ralentizado el avance su PIB per cápita
resulta lógico, puesto que estas economías han alcanzado un estadio de desarrollo muy
avanzado (el más alto del mundo), lo que no parece del todo corriente es que España, cuya
renta per cápita aún está en la banda media o media-baja dentro de las economías
desarrolladas, sufra este tipo de estancamiento.

 

Dinamarca o Suiza tienen unos sistemas productivos que ya incorporan la tecnología más
avanzada y las técnicas más sofisticadas, mientras que sus mercados laborales están
funcionando a pleno rendimiento (empleo pleno). Su margen para seguir creciendo es
reducido. Sin embargo, España tiene mucho espacio en ambos campos.

 

Los datos que proyecta la OCDE dejan insisten en los problemas que lleva sufriendo la
economía de España desde hace años, pero también alerta de los problemas a los que se
enfrentará en el futuro. Por un lado, aparece el bajo crecimiento de lo que la OCDE denomina
eficiencia del trabajo, que viene a ser la productividad de una forma sencilla. La productividad
apenas ha crecido un 0,1% anual en el periodo 2007-2020. El organismo internacional confirma
que el periodo 2007-2020 ha sido una década (y tres años) casi perdidos. La baja productividad
y competitividad de las empresas españolas (muy centradas en sectores de bajo valor añadido)
es uno de los lastres del crecimiento.

 

La productividad apenas crece


Aun así, la OCDE se mostraba optimista y preveía en el informe publicado a finales del año
pasado que este indicador se incremente en un 0,4% anual durante esta década y en un 0,9%
por año entre 2030 y 2060. Esta previsión da por hecha una mejora notable respecto a lo que

se viene viendo en la economía de España en los últimos 20 años. Aun así, el incremento de la
productividad sería del todo insuficiente para que España logre converger con la zona euro o
EEUU. Más bien sucederá lo contrario.

 

Por otro lado, aparece el problema de la demografía. La OCDE prevé en la porción de
población en edad de trabajar se incremente de media un 0,1% anual esta década. Sin
embargo, para el periodo 2030-2060 prevé una contracción anual del 0,5%, siendo España
(junto con Grecia) el país más castigado de toda la muestra (38 países y dos bloques
económicos). De hecho, la OCDE cree que la caída de la población en edad de trabajar será el
principal factor que detraerá crecimiento del PIB per cápita en las próximas décadas. La ONU
muestra en sus proyecciones base que la población (general, no solo la que tiene edad para
trabajar) de España comenzará a caer en 2025, llegando a perder incluso la zona de los 40
millones de habitantes en 2060.

 

Los motores que impulsan la economía a largo plazo están gripados en España, aunque en el
corto plazo puede haber movimientos al alza por factores cíclicos. Habrá años peores y
mejores, pero el escenario de varias décadas vista es tenebroso. El crecimiento económico
viene determinado por un incremento de los factores de producción (tierra, capital y trabajo) o
por un aumento de lo que se conoce como productividad total de los factores (PTF). Salvo que
se produzca una revolución, la productividad, un nuevo baby boom, una avalancha migratoria
o alguno otro hecho poco probable, la economía de España parece condenada a sufrir décadas
de mediocridad económica.

 

Además, España tiene una desventaja importante también respecto a varios de los países que
van a posicionarse por delante en el ranking de renta per cápita: la deuda pública y el déficit
estructural. Otra vía para estimular el crecimiento, al menos en el corto plazo, es el gasto
público. Sin embargo, España tiene una deuda sobre PIB del 110%. Ahora que la marea de la
inflación se ha reducido, parece poco probable que este ratio se vaya a reducir, sobre todo
porque el déficit estructural (no tiene en cuenta el ciclo económico) es de los más altos de los
países avanzados.

 

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